Sobre el encuentro Bahía Actual 2016

En homenaje a Mariano Etkin.

Obras:

  • Fatamorgana (2015) José Manuel Serrano
  • Romance de la luna en la laguna (2013) Viviana Dal Santo
  • Tercera composición en los 12 tonos Op. 32 (1943) Juan Carlos Paz
  • Trío I y II (1992) Alfred Schnittke

Intérpretes: Paolo Miserocchi (violín y viola), Esdras Campos Kaladjian (violonchello), Gustavo Auday (contrabajo) María de la Cruz Rodriguez (clarinete) Ignacio Ares (piano)

El oficio no es algo que se posee más allá de la obra misma. El oficio no permite hacer la obra. Más bien es a la inversa. La obra crea su propio oficio en la medida que las intenciones que deja descubrir al ser escuchada se convierten a su vez en parte de la obra.

                                                                              Mariano Etkin

 

 

¿Qué es lo que  hace a la perdurabilidad del la creación artística? ¿Qué significa componer? ¿Qué inspira al compositor?  ¿Qué elementos recurrentes hacen a su singularidad y  creatividad?

El proceso musical   se inicia en  la idea, pero  no culmina en la escritura, ni en la obra en sí,  sino en la percepción que el oyente posee de ésta.  Su plurisignificación la convierte en  una cinta de moebius: en cada escucha, la reinvención, y de ésta, su perpetuidad.

La sexta edición de Bahía Actual se erige en homenaje a uno de los grandes y admirados  maestros  argentinos del siglo XX-XXI, Mariano Etkin, quien participó con una disertación sobre el rol del  compositor y cuya obra IRT-BMT fue estrenada en nuestra ciudad en el marco del BACIC 2015. Durante su estadía, en una charla  informal con los fundadores del centro,  propuso  la inclusión de  Octandre de  Edgar Varèse. La sugerencia devino en presencia y afectuoso recuerdo, ya que   será  la que dará cierre al encuentro.

Su   apertura  estuvo constituida por el Taller de composición, dictado por el Dr. Mario Mary, y un posterior concierto, en el que se ejecutaron cuatro obras contemporáneas, dos de ellas, de  jóvenes compositores Argentinos: Fatamorgana (José Manuel Serrano), para viola y contrabajo  y Romance de la luna en la laguna (Viviana Dal Santo) para clarinete y piano. La primera de ellas, fue un estreno mundial, compuesta especialmente para esta ocasión:

“Al escribir para un instrumental relativamente homogéneo -viola y contrabajo- me interesó la idea de hacer énfasis en esas leves diferencias tímbricas  -en cuanto al brillo, opacidad, nasalidad/rugosidad, tersura y cuerpo- que hacen a cada uno de estos, dos instrumentos diferentes entre sí.”, expresó José Serrano.

El trabajo sonoro- tímbrico  y textural, un entramado que juega con diversas texturas, el carácter paradójico de lo dialogal y el soliloquio, la similitud y la diferencia  se hallan aquí logrados de una manera exquisita. La atmósfera de indeterminación y, el  incremento y decremento de la densidad polifónica, generan la sensación de presencia que se diluye  en un espacio que es infinito. Todo es posible, todo parece confluir: es la apariencia, la ilusión, la ambigüedad de un discurso que, como el efecto  fata- morgana, engañan la percepción. Esto, es resultado de una tarea de relojería, que  muy bien supieron  plasmar y transmitir  tanto  creador como  intérpretes Paolo Miserocchi y Gustavo Auday.

Como bien dijera Etkin, “el recorrido que va de la imaginación sonora al papel es donde el oficio se manifiesta con más claridad”. En este sentido, Romance de la luna en la laguna referencia a la nostalgia regional pampeana. La ensoñación aquí, se asocia más bien al recuerdo. La alusión folclórica adquiere un carácter particularísimo que está presente en todas  las obras de Viviana Dal Santo. El balance, la mesura entre dos momentos opuestos y complementarios: la tranquilidad  y la tempestad. La compositora refiere como fuente de inspiración, un espacio físico- laguna  Don Tomás- transformado en símbolo, por la reminiscencia a su infancia: cuando yo era chica era un lugar ignorado (…)En una de sus orillas estaba la ciudad; en la orilla de enfrente, o sea en pleno Monte de Caldén, estaba la casa de mis abuelos, adonde yo iba a quedarme varios días como una especie de vacación(…) Durante algunas tormentas grandes, la laguna se desbordaba e inundaba todo alrededor. Y durante las noches de calma, se reflejaba y se refleja todavía la luna”.

La intención de presentar estéticas argentinas contemporáneas diversas, que conviven en su integridad se completó con la interpretación de  Tercera composición en los 12 tonos. Op. 32 para clarinete y piano,  la que constituye  una de las primeras incursiones  de Juan Carlos Paz en el empleo de la técnica dodecafónica en nuestro país. La consonancia y disonancia no son planteadas aquí  en oposición, ya que, para Paz, no hay en esta técnica una razón que exija la exclusión de aquélla: “ciertas notas de un motivo o de un tema o ciertos acordes, pueden ser considerados como zonas atractivas únicamente en consideración a su función expresiva o estética, dictadas u organizadas por la libre individualidad –y la intuición del compositor”. La implecable interpretación de María de La cruz Rodríguez  e Ignacio Ares demostraron, una vez más, la excelencia de los músicos de nuestra ciudad.

El cierre del concierto estuvo dado por la presentación de Trio I y II, de Alfred Schnittke, en quien cohabitan elementos de varias estéticas musicales. Se llamó a sí mismo poliestilista: para él no hay límites ni diferencias. Incluso, planteó el borramiento de las restricciones entre lo popular y lo culto. Particularmente, esta obra parece ser un compendio de la historia de la música. Si en  Serrano el espejismo distorsiona, en Schnittke, la cita parodiada,  ironizada  y metamorfoseada se instituye como signo de una época en la que todo se desploma. La atmósfera de desmadre, de un fluir que se plantea como orden del  caos, dejan al oyente completamente asombrado. La grandiosa interpretación  de Paolo Miserocchi, Esdras Campos Kaladjian e Ignacio Ares, supo captar y concretar el carácter de fuerza impestuosa que Schnittke quiso comunicar.

De este modo, la presentación  y re- presentación de las  cuatro obras  que dieron apertura al nuevo ciclo del BACIC demuestran nuevamente,  el pluralismo y la huella de que, el arte es una  reinvención constante, un hoy  que se transforma, con cada escucha, con cada época.

María Sol Causse